La Contrarreforma Católica
Durante casi 20 años, la Iglesia católica había visto
cómo gran parte de los católicos se peleaban entre ellos en Europa y sus
obispos, dejaban de reconocer al Papa como Primus inter pares o como máxima
autoridad de la Iglesia católica, y se separaban de Roma incluso algunos
cardenales, en consecuencia, hubo muchos partidarios de Roma que requerían una
reacción de su Iglesia católica, que mejorase sus costumbres y corrigiera los
errores que habían alimentado la Reforma Protestante. A esta reacción de la
Iglesia católica contra el protestantismo se le conoce generalmente con el
nombre de Contrarreforma Católica (aunque escritores católicos prefieren el
término "Reforma Católica").
Aunque muchos creían que era necesario reformarse, no
sabían el modo de hacerlo. Pronto, se llegó a la idea de que la mejor solución
era convocar a un Concilio donde se pudiesen discutir las posibles reformas.
Carlos V presionaba también a los Papas para que se convocase ese concilio con
la esperanza de que la Iglesia católica volviese a existir unificada, pero los
Papas desconfiaban de las pretensiones políticas de Carlos V en Italia y no
convocaron este concilio sino hasta 1545, reunión que sería conocida como
Concilio de Trento.
Las sesiones del Concilio de Trento duraron casi 17
años, ya que fueron interrumpidas muchas veces. Varios Papas se sucedieron en
Roma en ese lapso y cuando dicho concilio finalizó, en 1562, ya había muerto
Carlos V.
El Concilio de Trento se desarrolló sin la
participación de los católicos adherentes al emergente protestantismo (aunque
fue Lutero quien primero propuso la necesidad de un concilio, en 1518), en
muchos casos ellos mismos se negaron a participar, creando así una nueva
Iglesia católica, e intentándose librar de los errores anteriores: se cuidó la
formación de los obispos, se establecieron medidas de disciplina para los sacerdotes
y se crearon seminarios para que los nuevos sacerdotes tuvieran una preparación
religiosa adecuada para poder enseñar una fe católica.
Se reafirmaron todos los puntos de la doctrina
milenaria católica frente a las protestantes:
Rechazo a la idea de la Biblia como fuente única de
doctrina (son de igual importancia la Sagrada Tradición Apostólica y el
Magisterio de la Iglesia católica que junto con la Biblia hacen parte del único
depósito de la fe).
La salvación es por gracia de Dios mediante la fe y
las obras juntas (Decreto de la Justificación).
La Eucaristía se definió dogmáticamente como la
consagración del pan en el cuerpo de Cristo y del vino en su sangre, que
renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la cruz.
La veneración a las imágenes iconográficas y a las
Reliquias, muchas de ellas vinculadas al culto cristiano de María (madre de
Jesús) como virgen y a los Santos fueron confirmadas como práctica cristiana,
junto a la existencia del Purgatorio. Esto tendría una enorme importancia en el
desarrollo del arte en las iglesias católicas europeas, el llamado arte barroco
será la expresión artística de la Contrarreforma Católica, con gran abundancia
de imágenes para atraer al hombre común a la fe católica.
Se unificaron los ritos de la Iglesia católica
Occidental en uno solo, la Misa tridentina.
La Contrarreforma Católica alimentó un renacer en la
Roma papal, impulso que se manifestó en el reavivamieto de antiguas órdenes
religiosas, como la Orden de los carmelitas descalzos, reformada en España por
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los dos grandes escritores
místicos de la Península Ibérica.
Pero la orden religiosa que más ayuda prestó a la
Contrarreforma Católica fue la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de
Loyola, de la que se distinguieron varios teólogos participantes en el Concilio
de Trento.
Bibliografía:
No hay comentarios:
Publicar un comentario